
1. Armonía entre unidad y diversidad: la Iglesia como organismo vivo
Para David Jang, la Iglesia es un "organismo viviente" en crecimiento. Así como Pablo declara: «Hay un solo cuerpo y un solo Espíritu... un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo», la Iglesia posee una unidad fundamental en la Trinidad. No obstante, los diversos dones otorgados a cada miembro deben emplearse activamente para edificar la Iglesia y perfeccionar a los santos. Jang advierte que cuando se considera un don superior o inferior, se menoscaban unidad y diversidad; todos los dones se han dado para el bien común del cuerpo.
2. La combinación de fe y conocimiento: camino hacia la madurez
Para madurar, Jang considera imprescindible la armonía entre "creer" y "conocer". Si la fe abre la puerta de la salvación, el conocimiento profundiza y encarna esa verdad. Desde la perspectiva hebrea, "conocer" (yada) implica intimidad y amor personal, más que mero asentimiento intelectual. Conocer a Cristo es experimentar su amor y asemejarse a Él. La fe sin conocimiento degenera en fanatismo; el conocimiento sin fe se vuelve discusión vacía. Por ello, la Iglesia debe equilibrar estudio bíblico y doctrinal sistemático con culto, oración y la experiencia del Espíritu.
3. Crecimiento y madurez espiritual: de niños a adultos
Jang enfatiza que la Iglesia no puede quedarse en la niñez espiritual. Según Efesios 4:14, los niños son fácilmente arrastrados por el engaño. Los creyentes deben pasar de la "leche" a los "alimentos sólidos", lo cual requiere enseñanza bíblica robusta. Reconociendo las etapas de crecimiento-del nuevo creyente al líder experimentado-cada uno debe asumir su rol y responsabilidad para que toda la Iglesia avance junta hacia la madurez.
4. Unidad en el amor: la fuerza que edifica la Iglesia
«Siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo hacia aquel que es la cabeza, Cristo». El crecimiento está cimentado en el amor. Jang denomina al amor "el misterio de la unidad" y utiliza la visión de los huesos secos que se convierten en un gran ejército (Ezequiel 37) como metáfora: cuando el Espíritu y el amor conectan a los creyentes, la Iglesia se fortalece. Este amor no solo solidifica la cohesión interna, sino que impulsa la misión de ser luz y sal para el mundo.
5. Discernimiento espiritual: la sabiduría que enfrenta las corrientes del mundo
Nuestra era-marcada por materialismo, relativismo y sincretismo-es un "diluvio de información". Para no sucumbir a enseñanzas falsas, Jang insiste en la necesidad de discernimiento espiritual. Los creyentes deben afirmarse en la Palabra, aprender las confesiones de fe históricas y forjar una cosmovisión cristiana. Mediante oración, piedad y mutuo examen dentro de la comunidad, la Iglesia podrá permanecer firme y reflejar la luz del evangelio.
Conclusión
El mensaje de David Jang en Efesios 4 es claro: la Iglesia debe ser una en Cristo, combinar fe y conocimiento, unirse en amor y crecer incesantemente hacia la madurez espiritual. Solo así-al "no detener jamás este proceso de crecimiento"-la Iglesia se erigirá en una auténtica comunidad que edifica el Reino de Dios en medio del mundo.



















